TASHARUK

GÉNERO, CULTURA Y RESISTENCIAS EN PALESTINA

النوع والثقافة والمقاومة في فلسطين

Contexto histórico

Breve historia del cine palestino

Don’t stay silent.
Don’t be afraid!
Break up the chains .
Break up your fears
And melancholia.
Be the echo!
Dareen Tatour

Las mujeres han estado siempre presentes en la historia del cine en Palestina y en el mundo árabe en general. rotagonizaron sus inicios en los años treinta del siglo pasado, llevaron cámara al hombro durante la época revolucionaria de los años sesenta y setenta, fueron pioneras del cine independiente de los ochenta, filmaron la primera y la segunda intifada en primera línea, explicando relatos cotidianos de la vida durante la guerra y la ocupación y actualmente están al frente de una generación de artistas transgresoras. No podemos agrupar y caracterizar la producción cinematográfica de las mujeres cineastas atribuyendo un estilo propio a todas ellas. Esto sería apartarlas de la historia del cine de la que forman parte de pleno derecho, de la que se han inspirado y en la que han influido. Nos encontramos ante una infinidad de relatos plurales, por la forma cinematográfica que adoptan y las temáticas que abordan, con singularidades a través de las cuales entrevemos historias que sobrepasan al individuo para tratar problemáticas universales.

Podemos analizar e interpretar la historia del cine palestino en cinco grandes periodos, agrupándolos por épocas, estilos y formas, diferenciados por las rupturas que separan las nuevas generaciones de las precedentes.

La producción cinematográfica palestina, dejando atrás las representaciones coloniales de finales del siglo XIX, empieza en los años treinta, impulsada por el Studio Palestine. Esta producción audiovisual acaba abruptamente en 1948 con la fundación del Estado de Israel y la consecuente expulsión de los árabes de la Palestina histórica, lo que se conoce con el nombre de Nakba.

Empieza así el denominado Periodo del Silencio, que no se rompe hasta después de la Guerra de los Seis Días con la emergencia del cine revolucionario. Es de este segundo periodo que se conservan los primeros documentos audiovisuales y archivos palestinos producidos por la Palestinian Film Unit (PFU) durante los años sesenta. nfluenciados por el movimiento de cine político latinoamericano Tercer Cine y luchando por la liberación de Palestina, encontramos cineastas como Sulafa Jad Allah y Khadijeh Habashneh Abu Ali.

En los años ochenta, con la invasión israelí de Beirut y la expulsión de los fedayines del Líbano, el grupo de cineastas de la PFU se disuelve. Algunos de sus miembros son asesinados, otros forzados al exilio y los archivos del cine palestino desaparecen misteriosamente. Es entonces cuando Mai Masri vuelve a Beirut para convertirse en la pionera del cine palestino independiente. Este cine independiente coge impulso y se confirma con las cineastas Mona Hatoum, Layali Bader, Maryse Gargour, Norma Marcos y Liana Badr. Estas directoras cogen la cámara al final de la primera intifada y producen documentales con un estilo cercano al realismo social.

El apogeo de la producción cinematográfica palestina arranca durante los años noventa, coincidiendo con el periodo de los Acuerdos de Oslo. Directores como Elias Suleiman rompen con el realismo social para proponer ficciones cercanas al cine del absurdo. Es en este momento cuando directoras como Cherien Dabis y Annemarie Jacir empiezan a realizar sus primeras películas.

Durante la primera década de los 2000 y hasta la actualidad, una nueva generación de mujeres cineastas utiliza el cine para subvertir la realidad. Esta nueva generación de cineastas y activistas hacen frente a la ocupación y la situación de apartheid y, a la vez, a un sistema político palestino que no solo es antidemocrático, sino también profundamente patriarcal. Para estas directoras, la producción de relatos audiovisuales es una parte más de la lucha por sus derechos civiles y por la igualdad, para apoderarse del combate cultural y hacer de él una herramienta más de expresión y de memoria. En esta línea encontramos a cineastas como Mahassen Naser Eldin, Hind Shoufani, Jumana Manna, Larissa Sansour y Reem Shilleh.

El protagonismo de las mujeres dentro del cine palestino es incuestionable. Más de la mitad de películas realizadas en Palestina están hechas por mujeres. En ningún lugar del mundo se mantiene una proporción similar: un 4% en Hollywood, un 18% en Europa y un 11% en Israel. Se trata de un fenómeno excepcional que trastorna las reglas de género en el cine y da un ejemplo positivo a las cineastas de todo el mundo. Este hecho se podría explicar por dos elementos interrelacionados. Por un lado, dentro de la Autoridad Palestina no existe ninguna institución de cine nacional susceptible de discriminar a las mujeres por su propia construcción patriarcal. Por otro lado, esto ha facilitado la creación de productoras audiovisuales independientes dirigidas por mujeres, como Odeh Films, Idiom Films o Philistin Films, que financian un gran número de proyectos.

Las cineastas palestinas no han dejado nunca de estar presentes en la escena cinematográfica, aunque a menudo la narrativa dominante y la historia intenten borrarlas. Son hoy una mayoría silenciada de artistas, cada vez más reconocidas internacionalmente, que solo anhela ser vista y escuchada.

El cine revolucionario

“Through the still and animated picture we can convey and disseminate the concepts of revolution to the public and keep them alive.”

Khadija Habashneh

La falta de archivos y de estudios hace difícil seguir el trazado de las mujeres que empezaron a hacer cine en Palestina. Son escasos los trabajos de investigación como el de la cineasta Mahassen Nasser Eldin para desenterrar figuras femeninas olvidadas por la historia, mostrando que a principios del siglo XX ya existían mujeres como Karimeh Abbud, una fotógrafa palestina de referencia en el mundo árabe. La cineasta Azza El-Hassan, por su parte, asegura que en los años treinta del siglo pasado, los hermanos Lama, nacidos en Chile, de padres palestinos, viajaron a Palestina para hacer cine. Ibrahim y Badr Lama, expulsados de Belén por los británicos, hacen parada en Alejandría y se convierten en los pioneros del cine egipcio emergente. En 1930, abren el Lama Studio, un estudio de producción en El Cairo que produjo un gran número de películas palestinas.

Durante la misma década, en 1935, Ibrahim Hassan Sirhan filma un primer documental sobre la visita del rey Saud de Arabia Saudí a Palestina. En 1940, producen un documental de cuarenta minutos titulado Realised Dreams, sobre los niños y las niñas huérfanas en Palestina. En el año 1939, junto a Ahmad al-Kilani, Mohammad Kayali y Abdel-erRazak Alja’uni fundan el primer estudio de producción, Studio Palestine, donde conjuntamente realizaron decenas de películas. De esta época y de estas primeras imágenes de Palestina no se conserva, desgraciadamente, ninguna copia.

A parte de los trabajos historiográficos contemporáneos, los acontecimientos sucedidos durante la Nakba y posteriormente, solo han sido documentados a través de relatos orales y testigos personales. La mayoría de palestinos fueron expulsados de su tierra, se convirtieron en refugiados, fueron desposeídos de todos sus bienes y muchos de ellos fueron asesinados sistemáticamente. Esto les provocó un estado postraumático que les impidió narrar y documentar de forma escrita o filmada este periodo, de 1948 a 1967, conocido actualmente como el Periodo del Silencio.

No es hasta después de la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967, que un grupo de jóvenes cineastas se unen para hacer del cine una herramienta más para luchar y apoyar al movimiento revolucionario palestino emergente. Mustafa Abu Ali, Sulafah Jad Allah, Hani Jawhariyeh y Khadijeh Habashneh crean la Palestinian Film Unit.

Desde sus inicios trabajan de la mano del movimiento Fatah. Instalados en un pequeño apartamento en Ammán y utilizando el material de la televisión jordana donde Hani Jawhariyeh y Sulafah Jad Allah trabajan, filman la actualidad palestina. No es hasta después de la batalla de Al-Karameh (1968) que Fatah les facilita una cámara 16 mm para filmar y grabar el día a día de los fedayines y la vida en los campos de refugiados. En 1969, Hani Jawhariyeh realiza el documental No to the peaceful solution, que marca el inicio de la Palestinian Film Unit.

Expulsados de Jordania después del Septiembre Negro en 1970, los jóvenes cineastas se exilian en Beirut donde forman un movimiento más amplio que se convertirá en el Palestinian Film Institute, dirigido por Khadijeh Habashneh hasta el año 1982. Es durante este periodo que cineastas de todo el mundo árabe, hombres y mujeres, realizan centenares de películas sobre la causa palestina, entre ellos encontramos a Nabilah Loutfi, Kassem Hawal, Kais Al-Zubaidi, Omar Amiralay y Mohamed Malas.

Tal com nos explica Azza El-Hassan en su documental Kings and Extras, después de la invasión israelí de Beirut, los archivos de cine palestino que estaban almacenados en un apartamento de la ciudad libanesa desaparecen, dejando un vacío en la historia del cine palestino. Todavía no se conoce con exactitud el destino de aquellos miles de metros de celuloide y centenares de bobinas que constituían el archivo, algunos quemados, otros desaparecidos o, incluso, confiscados por Israel. La destrucción de este archivo se considera una de las grandes pérdidas de la guerra.

Gracias a algunas copias reencontradas en los almacenes de la Filmoteca de Roma o de Cartago, enviadas por miembros de la PFU para difundir los valores de la revolución palestina, se ha encontrado una pequeña parte de este archivo que se va recuperando poco a poco y que se preserva gracias a las iniciativas individuales y proyectos como el Old Palestinian Films Preservation Project. Desgraciadamente no existe hoy en día en Palestina una institución nacional que recupere, almacene y restaure estas películas y preserve así la memoria audiovisual del cine palestino.

De esta época se han podido recuperar y restaurar copias de Blood and Soul y They Do Not Exist de Mustapha Abu Ali, Return to Haifa de Kassem Hawal, Palestinians people Records de Kais Al-Zubaidi, y Because the roots will not die de Nabila Loutfi. Estas películas sobre la vida de los refugiados, la lucha de los fedayines y la historia de la colonización de Palestina crean una narrativa que se opone al discurso colonial impuesto por Israel.

Mai Masri, la pionera del cine palestino independiente

“To me, film isn’t about recording reality. It is about unveiling a world that is composed of many magical layers. It is the art of seeing through other people’s eyes, discovering and bringing out the poetry in everyday life”.

Mai Masri

A causa de la represión israelí, del inicio de la guerra civil en el Líbano y del asesinato de algunos cineastas como Hani Jawhariyeh, la Palestine Film Unit se disuelve, el archivo cinematográfico palestino desaparece y, con la invasión de Beirut, muchos de los cineastas son forzados, de nuevo, al exilio. Pero pronto una nueva generación emerge en la escena cinematográfica palestina, Mai Masri, Mona Hatoum y Layali Bader son un ejemplo.

Mai Masri, después de finalizar sus estudios en Estados Unidos, se instala en Beirut en 1976, donde empieza a realizar sus primeras películas con Jean Chamoun. Influenciada por su bagaje en el extranjero y el estudio de la obra de grandes cineastas como Alfred Hitchcock, Jean-Luc Godard, Alain Resnais y también por el contacto estrecho con la Cinémathèque Française de París, Mai Masri se rodea de personalidades y estilos cinematográficos que influyen en su obra, desde el neorrealismo italiano, hasta los documentalistas de América Latina, especialmente el chileno Patricio Guzmán. Por otro lado, el cine en el mundo árabe se encuentra en una situación privilegiada, recibe el apoyo de la televisión pública siria que financia durante unos años las producciones de cineastas transgresores como Tawfik Saleh, Kassem Hawal y Kais Al Zubaidi que también influyen en su cine. Omar Amiralay y Mohamed Malas, que formaban parte de este círculo de cine de vanguardia, están muy presentes también en la trayectoria de Mai Masri, juntos comparten experiencias y reflexionan sobre la problemática de los relatos, estudian los ángulos de captación y se familiarizan con los personajes, las historias y los espacios.

Las primeras películas de Mai Masri, Under the rubble (1983) o Wild Flowers: women of South Lebanon (1986) se realizan en paralelo a las de Michel Khleifi, que después de estudiar cine en Bruselas vuelve a Palestina para realitzar Mémoire Fertile (1980) un clásico de la historia del cine palestino en esta época preludio de la primera intifada. A través de estos cineastas y sus primeras películas se construyen las bases del cine palestino independiente que hará eclosión en los noventa. En 1985, la cineasta Layali Bader realiza Road to Palestine, un primer cortometraje que se inscribe en esta oleada de cineastas emergentes.

El legado de Mai Masri es amplio y contribuye sin duda a la aparición creciente de otras mujeres cineastas en el mundo árabe y en Palestina. Mai Masri da consistencia y coherencia al trabajo audiovisual y de documentación de más de treinta años de guerra de Israel contra el Líbano y Palestina, filmando desde la belleza y el humanismo de los personajes. Su manera de explicar historias y relatos de guerra es muy diferente a las imágenes de los medios de comunicación, utiliza niños, niñas y mujeres que son la antítesis de los estereotipos que deshumanizan y deslegitiman al pueblo palestino. La influencia de Mai Masri se hace patente en muchas de las cineastas emergentes de los años noventa o directores como Hany Abu Assad, quien afirma que gracias a la obra de esta cineasta, se dio cuenta de que era posible hacer un retrato sincero y genuino pese al contexto hostil de los medios de comunicación.

Estamos ante una generación de artistas, parafraseando Edward Said, que se apodera de la posibilidad de narrar y de narrarse y que se subleva contra el relato colonial que los invisibiliza y los deshumaniza, intentando explicar los años de represión, exilio y desposesión.

El apogeo del cine independiente y el realismo social

“ When you come from a nation that has experienced a national tragedy and found no means to resolve its aftermath you find yourself caged inside public pain… whatever the story of exile is, it always comes down to one desire: the desire for a home that you have one lost”
Azza El-Hassan, cineasta

Después de los Acuerdos de Oslo, en 1993, asistimos a una desilusión generalizada y a una época de agotamiento de la sociedad palestina que se hace también patente en el cine. Del cine revolucionario de los setenta y la nostalgia del cine independiente de los ochenta, una parte del cine palestino post Oslo migra hacia el realismo social para tratar los problemas cotidianos que afronta la sociedad palestina.

En 1994, la cineasta Norma Marcos realiza Espoir Voilé, un retrato sincero de cinco mujeres palestinas ambiciosas y profundamente implicadas con su país que intentan romper con los tabúes políticos y sociales tanto de los palestinos como de los israelíes.

Por otro lado, nos encontramos en un periodo muy influenciado por cineastas subversivos como Elias Suleiman, que se alejan del realismo social y apuestan por la tragedia ridícula y el cine del absurdo. Este cineasta se pone en escena para representar y hablar de conceptos como la identidad, la figura del antihéroe y el traumatismo generalizado que sufre la sociedad palestina. En 1998 realiza The Arab Dream, un cortometraje donde podemos apreciar lo que se convertirá en su estilo propio.

A principios de los años 2000, se crean muchas asociaciones palestinas que promueven el cine como herramienta de empoderamiento para las mujeres, como por ejemplo Shashat Women Cinema, Digital Resistance: Palestinan Youth Media i Palestinian Filmakers Collective. Estas asociaciones forman a los jóvenes y les proporcionan cámaras, tanto en las ciudades como en los campos de refugiados, para filmar su vida cotidiana y las dificultades que afrontan diariamente, la humillación, el miedo y la represión del ejército israelí y hacen del cine un medio de denuncia y de expresión personal y colectiva. Las nuevas tecnologías, especialmente el video digital, han disminuido el coste y han facilitado la producción de cine independiente y han democratizado en Palestina y en todas partes el acceso a este medio de expresión.

La cineasta Buthaina Canaan Khoury empieza a filmar sus primeros documentals, Women Struggle (2004) y Maria’s Grotto (2007), donde por primera vez se denuncia la doble discriminación y el doble acoso que sufren las mujeres, por parte del ejército israelí y también de la misma sociedad palestina.

El año 2008, la directora Annemarie Jacir dirige su primera película de ficción, The Salt of This Sea, una película en la que las casas palestinas destruidas o ocupadas por israelíes en Jaffa sirven de base para construir un sentimiento de pertenencia, para interiorizar la identidad de manera individual y colectiva por parte de Soraya, la protagonista palestina-americana que visita por primera vez su tierra de origen.

El cine palestino de este periodo, tanto a través del documental como de la ficción, está intrínsecamente ligado al desplazamiento forzado de los palestinos, en la lucha por el derecho al retorno y se debe entender en este contexto. Su producción cinematográfica expresa la supervivencia y la resiliencia de todo un pueblo. Las cineastas palestinas piden fundamentalmente el reconocimiento individual y colectivo.

La ruptura y la irrupción de las nuevas generaciones

“I’ve been waiting (and waiting and waiting and waiting and waiting and waiting and waiting and waiting and waiting) for a permit to enter the PROMISED LAND.”
Basma AlSharif

Alrededor del 2010 destaca la efervescencia de la producción cinematográfica de la nueva generación de cineastas palestinas, diversa y audaz, utilizando estilos muy diferentes, del documental a la animación, pasando por el cine experimental y las artes gráficas.

Estas cineastas emergentes están cada vez más presentes y recompensadas en festivales de cine internacionales, como Larissa Sansour, Farah Nablusi y Jumana Manna. En Palestina, este cine continúa estructurándose y arraigándose a pesar de las dificultades económicas, políticas y territoriales. Los cineclubes y talleres de producción organizados por asociaciones como Shashat Women Cinema o FilmLab Palestine son cada vez más numerosos, contrarrestando así la carencia de cines. La creación de muchos festivales de cine en el mundo árabe ha permitido también la proyección de estas películas más allá de su territorio nacional, muchos de ellos participan también en la promoción y financiación de estos proyectos. El punto álgido de esta tendencia llega en 2006 con la creación de la universidad de cine Dar Al-Kalima en Belén, un nuevo espacio artístico en el ámbito cultural. Cineastas como Shayma Awawdeh y Salam Yahya forman parte de las primeras estudiantes de este centro. Desde esta perspectiva, Dar Al-Kalima ha inaugurado en 2020 el primer festival dedicado a las películas hechas por los estudiantes. Estas películas también se proyectan en otros festivales emergentes como el Palestine Cinema Days o el Haifa Independent Film Festival, festivales que han premiado artistas como Razan Al-Salah, Mahassen Naser El-Din, Lina el-Abed y Dina Nasser.

Esta irrupción de las mujeres palestinas en el mundo del cine, la manera de apropiarse de la escena cultural y utilizar el cine como herramienta para llevar a cabo el combate cultural, se debe posiblemente a dos factores. Por un lado, la absencia de instituciones y de una industria cinematográfica fuerte en Palestina permite que las mujeres puedan tener las mismas oportunidades para realizar películas y dejar atrás la discriminación que opera en estas instituciones patriarcales. Por otro lado, cineastes como May Odeh, Reem Shilleh y Annemarie Jacir han conseguido hacerse un lugar al frente de la producción audiovisual independiente y financian muchas de las películas de esta nueva generación.

Esta generación de cineastas rompe con las precedentes, tanto en la forma como en el fondo. Propone nuevos relatos sobre su relación con la identidad, la pertenencia palestina y la memoria familiar a partir de un sentimiento ambivalente entre los jóvenes palestinos, tanto en el exilio como en la diáspora. Estas artistas reflejan otra mirada sobre la ocupación y el apartheid y proponen una crítica fina y cuidada de la sociedad y la clase dirigente, una nueva manera de interaccionar e interpretar las nuevas tecnologías, la ecología y el género. Estas formas cinematográficas y relatos eclécticos rompen el silencio y transforman la escena cinematográfica, siendo la vanguardia del cine árabe actual.

El cine palestino aparece hoy como una nueva forma de compromiso político para esta generación de artistas, como un espacio de creación que les permite expresarse en condiciones de igualdad.

Bibliografia

LIBROS

PALESTINIAN CINEMA de NURITH GERTZ AND GEORGE KHLEIFI

LA PALESTINE ET LE CINÉMA Sous la direction de G. Hennebelle et K. Khayati. Année de parution, 1977, 289 pages.

Palestinian Cinema in the Days of Revolution de Nadia Yaqub, University of Texas Press, 2018.

Love and Resistance in the Films of Mai Masri Victoria Brittain.

Dreams of the Nation, de Hamid Dabashi.

Screens of Life – Critical Film Writing from the Arab World de Alia Arasoughly.

The Arab Woman and the Palestine Problem, Matiel Moghannam, 1937

ARTE PALESTINO: RESISTENCIA Y GEOPOLÍTICA de Tina Sherwell. AWRAQ n.º19. 2019

DOCUMENTOS

i Permission to Narrate, Edward Said, 1984.

i El cine hecho por palestinas; una mirada en continua revolución de Jesús de la Peña Sevilla Marta López-Briones Pérez-Pedrero Centro Cultural Puertas de Castilla

i On What Was, and What Remains: Palestinian Cinema and the Film Archive de Hend Alawadhi

i Review of PALESTINIAN CINEMA: LANDSCAPE, TRAUMA, AND MEMORY de Terri Ginsberg

i La Palestine comme écran, ou comment passer « de l’autre côté du miroir » . Le cinéma de Kamal Aljafari. De Laure Fourest

i Le cinéma Palestinien

i Terri Ginsberg · Chris Lippard Editors Cinema of the Arab World Contemporary Directions

Houses Without Foundations: On Belonging in Palestinian Women’s Cinema

i Qu’est-ce que le cinéma, à qui est-il destiné? Entretien de Patricia Caillé avec Alia Arasoughly. Africultures nº 101 -102, La circulation des films: Afrique du Nord et Moyen Orient.

i Le documentaire arabe entre-il dans son âge d’or ?

i Le cinéma Palestinien

i Chronique du cinéma palestinien : la renaissance d’un cinéma sans État

i Reflexões sobre mulheres palestinianas e cinema

i Critical Nationals: The Paradoxes of Syrian Cinema de Rasha Salti

i Suspended Time: Reflections on ‘post-Oslo’ Cinema de Rasha Salti

i Speculative Revisions of Film History: A Curator’s Notes (Mapping Subjectivity: Experimentation in Arab Cinema from the 1960s-Now) de Rasha Salti

i Armes, Roy, Arab Filmmakers of the Middle East. A Dictionary, Bloomington and Indianapolis: Indiana University Press, 2010.

i Hillhauer, Rebecca, “Palestine” in Encyclopedia of Arab Women Filmmakers, 2005, Cairo: American University in Cairo Press, pp. 196-243.

PÁGINAS WEB

Shashat Women Cinema

Palestine Film Institut

FilmLab Palestine

Palestine Cinema Days

Universitat Dar el Kalima, Arts&Culture

Cine palestino – Centro de documentación

Dreams of a Nation — Center for Palestine Studies | Columbia University

For a Free Palestine: Films by Palestinian Women

Internet Movie Data Base (IMDB).