año 2020
28 años
gobernación de Nablus (ciudad)
Tengo derecho a escoger mi pareja. Nací libre. Hui de casa de mi familia cuando se enteraron de que tenía una relación con un chico. Fui a la policía que me llevo al Refugio, tras conocer todos los detalles de mi caso. El Refugio es un lugar protegido, pues mi familia me quiso matar cuando se enteró de que estaba embarazada sin haber contraído matrimonio. Asistía a sesiones con el equipo todos los días. Me enseñaron a ser fuerte, me aconsejaron estudiar y tener un oficio. Tenía miedo de salir del Refugio. Echo de menos a mi madre, a la cual mi padre pegaba delante de mis hermanos y de mí. Después me obligaron a contraer matrimonio con el chico. Antes de todo esto, yo había aprendido maquillaje en la asociación y solía asistir a diferentes encuentros con las otras chicas, sobre diferentes temas. Empecé a verme como una persona respetable y no como decían que era.
Entendí que tengo derechos y que debo conservarlos. Mi familia no me habla. Dejé el Refugio y me fui a vivir con mi esposo. Él tampoco era bueno conmigo. Después trabajé en un centro de belleza y le daba a mi esposo solo una parte del sueldo, pues yo tenía decidido vivir sola en un piso, pero por supuesto que no fue nada fácil para mí. Solía ir a la especialista, no de forma continuada, sino una sesión cada dos semanas. Ella me ayudaba a pensar y tomar decisiones. Después solicité el divorcio. Me llevé a mi hija conmigo y conocí, de casualidad, a una nueva especialista, por lo que comencé a asistir a sus sesiones. No me avergonzaba hablar de mi historia con otras mujeres, pues quería que aprendiesen y se beneficiasen, ya que la educación es muy importante para poder valernos por nosotras mismas. Mi hija es muy buena en los estudios y quiero educarla de la mejor forma posible. Creo que es muy importante hablar y aprender de las especialistas que tanto nos han ayudado a aprender a ser personas fuertes, que explican a las mujeres que deben valerse por sí mismas, que no deben aceptar las injusticias de nadie y que deben conocer sus derechos.
Hoy en día trabajo desde casa y publico contenido en Facebook, la gente acude a mi casa. Me encantaría abrir un salón de belleza muy grande. Este es mi anhelo a corto plazo, y si Dios quiere podré cumplirlo, porque he aprendido y ahora soy fuerte.